Se suele hablar del fútbol argentino como uno de los menos vistosos de Sudamérica. Partidos cerrados, interrupciones, demasiadas acciones en espacios reducidos, resultadismo... Pero no estoy del todo de acuerdo. Y sí, es cierto que los últimos años de la selección albiceleste o la gran mayoría (por no decir todos) de los Boca-River, el clásico entre los clásicos del fútbol latino, invitan a creer que el deporte rey no pasa por un momento excesivamente divertido en el país que vio nacer a genios como Kempes, Di Stefano, Maradona o Messi. Pero, de todos modos, la realidad está bastante lejos de todo ello, y si no que se lo pregunten a cualquier hincha de Rosario Central. Fútbol vistoso, sin despreciar el balón y además muy efectivo. El equipo de moda en Argentina.
Todo el mundo habla de ese conjunto, dirigido por Eduardo Coudet, que ya sorprendió el año pasado logrando quedar tercero en liga y que este año sigue la estela de Lanús en lo más alto de la tabla, además de pelear por hacer un buen papel en Libertadores. Y todo gracias a una grupo de futbolistas que comparte ideas y que vive un momento fantástico. Una plantilla con hombres como el ex del Villarreal Marco Rubén, el trabajador delantero Larrondo, Cervi (prometedor enganche de 21 años que firmará con el Benfica para el próximo curso) o Víctor Salazar (interesante lateral diestro). Y con Giovani Lo Celso, la mayor promesa de la liga y una de las sensaciones del fútbol sudamericano con tan sólo 19 años. Un escándalo de jugador con muchísimo potencial.
Lo Celso es un mediapunta zurdo que se desenvuelve de maravilla entre líneas. Un jugador escurridizo, hábil con balón y muy preciso, sobre todo en desplazamientos buscando el desmarque de alguno de sus compañeros (uno de los motivos de las rachas de Marco Rubén o Larrondo). Asusta verle actuar a tan temprana edad. Y es que lo hace como si llevara toda la vida compitiendo en un fútbol en el que se concede muy poco y en el que, precisamente en su posición, sólo los más talentosos acaban deslumbrando. Baja a recibir y a colaborar en la creación, busca espacios, controla, se gira, desborda y lanza. Hace de todo.
Hace unas semanas leí unas declaraciones del Tata Martino, seleccionador argentino, en las que afirmaba con rotundidad que Central era el equipo que mejor jugaba en el país. Yo tampoco tengo la más mínima duda y parte de la culpa la tiene ese chaval (con 19 años no se le puede llamar de otra manera todavía) del que os hablaba.
Normalmente, cuando escribo sobre jóvenes promesas en este apartado del blog destaco la importancia de que estos jugadores se consoliden en los clubes y en las ligas que les están comenzando a ver desplegar sus ilusionantes facultades, pero el caso de Lo Celso es especial. Juega como si madurara de forma adelantada, como si fuera capaz de romper a cualquier experimentado y duro pivote que le pueda marcar, y eso es sinónimo de que puede esperarle un futuro inmediato de mucho nivel. Y no somos pocos los que nos hemos dado cuenta de todo ello. Ya se le ha relacionado con grandes de Europa como Juve, Milán, Roma, PSG o Atlético, aunque parece que costará que Rosario Central se desprenda con facilidad de uno de los símbolos del equipo que, probablemente, mejor fútbol practica a día de hoy en Sudamérica.